fecha

 

domingo, 13 de abril de 2014

LA SEMANA SANTA DE SANTA CRUZ DE LA PALMA

                              El bagaje de hombres y mujeres conscientes del mimo y conservación de un patrimonio religioso heredado de nuestros antepasados, porque ellos hacen importante lo que ya es de por sí, para que siga existiendo el pasado grabado en tinta y que haya hermosos templos en el que ese material se mantenga a buen recaudo y custodia.
                              El ser palmero fue uno de los motivos que me enseñó a querer mi Semana Santa y a interesarme por el ayer y el de nuestra gente. Son muchos los nombres que desfilan por mi memoria como artífices de proyectar unos valores penitenciales, secuenciales y devocionales de la Pasión de Jesucristo narrados por los cuatro evangelistas.
                              Mi atención se fundamenta en la cronología de los hechos, que en otro lugar no ocurre con tanto rigor histórico, transcurriendo por las legendarias calles empedradas y angostas es quimérico y épico  a sabor de leyenda con reminiscencia de fantasía.
                              La tarde se transforma en santuario de la noche para albergar el dolor e indómita fe cuando el alma se hace más vulnerable a vivir la agonía de un Maestro entregado al suplicio por la traición de uno de sus discípulos.
                              Antagónicas son las miradas de unos ante los signos del Misterio Pascual y, sin embargo, para los demás forma parte de la idiosincrasia de un pueblo. No vayamos a retornar a la indiferencia ideológica de otros tiempos, arraigado desde sus orígenes con la necesidad de mostrarlo de manera universal.
                        Caracterizada por contar con un calendario, que es una manifestación viva, marcando un principio y un final con un orden estricto de gran personalidad, atractivo y de abundante imaginación, constituye uno de los exponentes más acorde de esta realidad y establece una perfecta sincronía entre la celebración y la ciudad, especialmente la excelente escultura.
                              No están exentos de nuestro conocimiento los elementos definitivos, que la convierten en una de las más interesantes de Canarias por su disposición procesional de los pasos por lo que ha sido denominada “Fiesta de interés turístico regional”.
                              Su originalidad es un ejemplo a copiar como prueba de que no se halla anclada a siglos anteriores, sino que es una constante renovación en el contenido artístico y musical.
                              El conjunto de estos aspectos ha hecho conferir algo único, estableciendo un vínculo y creando las bases de un contexto dentro de lo diferencial en las islas. Resumiendo y habiendo dado mi opinión sobre ella en Santa Cruz de La Palma, finalizo expresando con merecimiento el compendio de creencia, arte y sentimiento cuando se alzan las andas sobre los hombros de los cargadores-cofrades, también, se eleva la esperanza de seguir y los cirios brillan, zigzagueando su luz, señalando el camino e invitando a la meditación del patético drama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario