Padre Anchieta. Jesuita |
En medio del Tiempo Pascual los canarios tenemos el segundo
de nuestros paisanos elevados a los altares en la Iglesia Católica por S.S. el
Papa Francisco (1936). Dejemos que suenen los clarines como, también, sonaron
solemnemente las campanas en todos los templos de la diócesis nivariense.
Llenaron de júbilo el trasiego ciudadano de miles de cristianos por la
canonización del lagunero universal, transmitida por la brisa del mediodía.
San José de Anchieta Díaz (1534-1597), será la esperanza de
abrir un nuevo capítulo en los rasgos característicos de su persona. Con el
pronunciamiento de las bienaventuranzas absolutamente posible de encarnar con
las fuerzas humanas, me gustaría asemejarme a él con los pobres,
misericordiosos, limpios de corazón…
San Cristóbal de La Laguna |
Siempre he admirado a los jesuitas y a éste, en especial,
reflejo fiel del bregar constante por predicar el evangelio entre los indígenas
americanos. Verdadero apóstol de Brasil, su nombre quedó grabado como
venerable, fue de gran espíritu, coraje y convicción que, sobre todo,
contribuyó a extender la cultura en el Nuevo Mundo y a valorar al hermano solo
y desamparado, mediante la defensa de sus méritos. Creó un estado de bienestar,
una calma en la política imperialista, un desahogo económico, un rayo de luz en
el ánimo de los naturales, paz y un deseo a vivir.
Plaza del Adelantado. Casa natal |
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