Erase una vez el comienzo de un ciclo literario en el más
remoto país del planeta. Suena a un relato de duendes y hadas con sincronizada
armonía, usando las más increíbles versiones de la narrativa hispanoamericana
con diversas publicaciones. La historia nos habla de un auténtico fenómeno de
masas.
Imaginarme a Gabriel García Márquez (1927-2014), como
escritor y ganador del sublime Premio Nobel, es retroceder en el tiempo, a los
años tempranos de mi edad adulta, y volver a caminar en el sendero de la vida.
Su nombre despertaba de un sueño con la sed de la fluidez del entendimiento e
interés por la lectura.
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Escultura en Bogotá. Colombia |
Gabo y Las Letras pudieron hacer posible un castellano
universal, conocido en lo desconocido y viable para desentrañar las vísceras de
un gran genio. No tengo secretos para decir, que siento el fallecimiento del
amigo, sencillo personaje, con proyectos a quienes lo admiraban con ojos llenos
de un lienzo ultramarino de ver lo sorpresivo e inteligente.
Adiós, solo adiós a una época marcada con el signo
lingüístico. Sucesiones irrepetibles de miles de líneas escritas para la
investigación y transportadas al papel a
través de muchas horas y tinta.
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García Márquez. Caricatura |
La verdad con todos los alicientes, habrá de reclamar,
gracias a sus múltiples niveles, una atención a la tarea de desvelar en forma
concisa y asequible a las mentes en general, aquello presentado al conocimiento
del lector, en forma difusa a la comprensión del docto. Cuando las verdades
resplandezcan, entonces, habremos alcanzado el lugar que nos corresponde.
Finalizando con las ideas claras en el contexto de la despedida de un ser
humano, con el prestigio del referido difunto, y del vacío insustituible, digo:
“¡Hasta siempre!”.
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