
Bien se sabe que la vida de los seres humanos es un bagaje
ante los ojos de los demás. Distinto, único e irrepetible que deviene en
biografía. Durante ochenta y ocho años fue construyendo un relato valioso, que
se basa en una gran epopeya. Es la épica de lo cotidiano, con los límites y las
posibilidades de toda realidad inmanente y con apertura ilimitada a la vivencia
trascendente. Plasmo por escrito, según el recurso a mi alcance, una
aproximación a lo que me impele la memoria.
El nombre de la Saeta Rubia figuró en las mejores tertulias
futbolísticas mundiales. Ejemplo del comentario de sus jugadas como gran
maestro, dentro y lejos del estadio Santiago Bernabéu, lo hace la prensa local
de Canarias en la temporada 1961/62 al visitar el homónimo, Heliodoro Rodríguez
López, en un encuentro oficial.
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