Toma el formato, no solo de una fecha efímera, sino de una
especial significación patrimonial por celebrar la onomástica de la ciudad, que
tiene por patrona la Invención de la Santa Cruz, recordando el hallazgo por
Santa Elena del santo madero donde murió Jesucristo, madre de Constantino, el
primer emperador cristiano, y el aniversario de los 524 años de la fundación de
la Muy Noble y Leal Ciudad de Santa Cruz de La Palma.
Enunciar el contenido conmemorativo es hacerlo pensando en
cuatro aspectos fundamentales, que se honra con solemnidad:
1.- Fundacional:
Con una cruz plantada en el extremo sur del barranco de Las Nieves en 1493 se
hizo coincidir con la celebración religiosa. Se trataba de establecer una
conexión entre el sentir político de la campaña militar que anexionaba la isla
a la Corona de Castilla y el religioso, entendiendo éste como culminación a un
largo proceso de evangelización y castellanización.
2.- Festivo:
Se vive una de las citas más ansiosas y queridas del calendario festivo. Reúne
lo mejor de la creatividad, capacidad de inventiva y espíritu de participación
de vecinos en todo el ámbito local, con manifestaciones que forman verdaderos
signos de identidad como es el enramado de las cruces, tradicional pasacalle de
gigantes y cabezudos (Mascarones) y el desfile denominado Batalla de Flores.
3.- Popular:
Coincide en el tiempo con la parte central de la primavera en la que la
naturaleza llega a su máxima expresión de belleza. Una tradición que se
enriquecería con el adorno del madero a base de ricas telas y el aderezo de
joyas. Esta exposición floral de nuestro medio surgió desde los orígenes de la
hispanidad, que los mismos conquistadores y primeros colonos, casi todos
procedentes de la Península meridional, importaron desde su lugar de
nacimiento. La costumbre pasaría de los cruceros domésticos a las cruces de
términos o encrucijadas de caminos, entradas y salidas de barrios, bendiciendo
haciendas y viviendas… Fueron acompañadas en su mayoría por raíces portuguesas
con la presencia de los mayos y el pretexto de representar con ironía y buen
humor a personajes de diferente índole social, situaciones comunes,
reproducciones familiares, etc.
4.- Religioso:
La señal de los cristianos, la cruz, constituye el símbolo emblemático del
catolicismo, escándalo para los judíos, idiotez para los paganos y salvación
para los creyentes en Cristo. Representa la muerte del inocente, del Hijo de
Dios, del hermano universal. “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo
para que no perezca ninguno de los que crean en él”. No hay cruz sin amor, no
hay cruz sin resurrección. A lo largo de la historia, a imitación del Salvador,
muchos cristianos han muerto por defender a sus hermanos. Recordemos a Maximiliano
Kolbe, a los cistercienses de Argelia, a los jesuitas de El Salvador. Santa
Teresa indicó a sus religiosas que no les pedía que pensaran mucho, sino que
les pedía que le miraran en la cruz, y el papa Francisco nos recuerda que la
entrega de Jesús en la cruz es la culminación del estilo que marcó toda su
existencia (Evangelio 2017. Camino, verdad y vida. San Pablo).
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