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domingo, 17 de junio de 2018

EL MÁS GRANDE DE LOS PINTORES CANARIOS DEL XIX

Autorretrato (M.Glez.M.)
                              Referirnos a tal ilustre paisano es un reto a la historia de nuestra isla y de Canarias. Consiste en revivir la memoria hacia un pasado ilustrado, acaecido por grandes hechos llenos de huellas, marcando un punto y aparte en los momentos importantes del acontecer cultural de las Bellas Artes de una ciudad, que siempre ha destacado por iniciativa propia en la existencia de personajes con nombres propios y con mayúsculas en mostrar lo mejor de su compendio personal y académico, adquirido en medio o influenciado por una sociedad libre y comprometida a la evolución y expresión artística como sentimiento efímero y arraigado  en el sujeto, manifestante en sí mismo.
                              Se da una clave única del trabajo de este hombre, que ahora pasadas las décadas, a lo largo y ancho de una extensa vida, continúa siendo un claro ejemplo de constancia. Sabe poner el color y la fuerza, el testimonio de un credo estilístico, que no necesita más que de la sensibilidad para iniciar el fructífero diálogo entre quien contempla y el autor. Recurso fundamental que se ha convertido en uno de los maestros de la pintura.
Sede del Parlamento de Canarias 
                              Manuel José de Santa Apolonia González Méndez (1843-1909) fue pintor, músico, escultor y profesor que inició sus estudios en la Escuela Lancasteriana de Santa Cruz de La Palma, una de las instituciones que educaron a la generación de artistas e intelectuales, formando el famoso núcleo cultural decimonónico, Siglo de Oro de La Palma. También, asistió a clases de dibujo local y participó en un coro de El Salvador.
                              “Es un niño despierto y agudo. Racional e inspirado, tan pronto sorprende por su facilidad para el dibujo y cualquier tarea manual, como para entonar con afinado estilo una canción de la época o el aria de una ópera famosa, oída desde la calle a su paso ante una casa ilustre o en las sociedades de los más pudientes” (Luis Ortega Abraham. 1983).
Semblanza. Óleo sobre lienzo
                              Posteriormente, se desplazó a San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) y estudia bachillerato, continuando con su formación musical, que era su otra pasión. En los siguientes años asiste en la Academia Provincial de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife a la disciplina de paisajes y acuarelas. Hizo varios viajes a la península e Italia, matriculándose en la Escuela de Artes decorativas de París (Francia).
                              Extraño el signo que se deposita sobre una labor humana y creativa, porque deja en suspenso todo lo que vendrá y detiene su sentido, mirada, en un ahora concluido.
Vivienda familiar. Virgen de La Luz
                              “Se interesó tanto por la técnica al óleo como por la acuarela o el dibujo, mostrando su capacidad artística en el tratamiento de una variada gama de géneros (paisajismo, histórico, mitológico, religioso), descollando fundamentalmente en la representación de escenas costumbristas, convirtiéndose en la figura más interesante de cultivadores de este género en el marco cronológico del XIX”. “Rasgos significativos de su obra son, en términos generales, la importancia concedida al color, la esmerada lumínica, elegante y minuciosa técnica identificada en ocasiones, advirtiéndose además en sus creaciones admiración por la obra de Velázquez” (M. R. Hernández Socorro, G. Fuentes Pérez y C. Gaviño de Franchy. Gobierno de Canarias).
                              “El modo y la vehemencia con los que el palmero afronta su compromiso con su tierra y con la historia son decisivos a la hora de comprender la personalidad de Manuel González Méndez, un insular en el más puro ejercicio del término: los pies en la isla y los ojos en el espíritu de las ilusiones y los retos de cualquier hombre de cualquier tierra en su tiempo” (Luis Ortega Abraham. 1983).
Placa conmemorativa
                              En el 2009 se cumplió el centenario de su muerte por ser uno de los pintores canarios más destacado de todos los tiempos y el principal representante del costumbrismo isleño y máximo exponente de la centuria reseñada en el archipiélago. El 26 de noviembre se procede al descubrimiento de una placa en la pared de la casa natal, calle Virgen de La Luz, número 14, barrio de San Telmo, que dice:”En esta casa nació y vivió el pintor Manuel González Méndez 1843-1909. El Cabildo de La Palma, en reconocimiento a su mérito. Noviembre 2009”.
                              Al día siguiente se abrió una magnífica exposición antológica en el Museo Insular con la presencia de familiares y público. En lo expuesto late, denso, el reto del oficio, el fervor iniciático del aprendizaje. Las deidades del artista fueron demandadas por la alta sociedad, donde capta con realismo  la sicología de los personajes escenificados. Ahí se encuentra la grandeza del mismo. Inmortaliza, también, paralelamente a la sociedad rural de la misma manera, que plasma los escenarios costumbristas de las Canarias y bretones. Disfrutó de gran prestigio fuera de aquí, concretamente en los ambientes parisienses, que era la meca mundial del momento. Hoy, decora algunas de sus producciones los salones de plenos en entidades estatales y colecciones privadas.

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