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domingo, 13 de agosto de 2023

ESTUDIO DE LAS PIRÁMIDES DE PIEDRAS DE CANARIAS

Pirámide de Vandame o Van Damme. El Cantillo. Los Cancajos. Breña Baja-La Palma
                              Las islas canarias albergan una gran cantidad de amontonamientos de piedras, unas de cuidada factura, majanos y pirámides, y otras más descuidadas, mollares y paredones. Se han querido atribuir, las nombradas en segundo lugar, únicamente a la limpieza de terrenos para el cultivo, pese a la inconsistencia de los argumentos de una historia y arqueología oficial, que niega cualquier origen anterior a la conquista europea a muchas de estas construcciones.

                              Argumentos y razones no faltan para afirmar, que fueron levantadas por necesidades de limpieza y preparación de terrenos de labores agrícolas. Es la ocasión de narrar lo que un amigo me comentaba, que el acceso a ellas se hacía por el lado opuesto a la salida del sol, o sea incidiera en la espalda de quien cargaba las piedras antes de depositarlas, para después colocarlas en el orden establecido de ante mano, transporte hecho a hombro, tal que no le diera la luz de frente.

                              Se ha hecho una búsqueda y estudio de las pirámides de Canarias, intrigado por su monumentalidad, orientación solar o presencia de restos de cerámicas aborígenes. Incluso se ha medido el crecimiento y edad de los líquenes existentes en las caras orientadas al alisio. Motivos más que suficiente, por otro lado, para asignarle sin la menor duda el origen guanche de la mayoría de ellas.

                              La curiosidad nos traslada más lejos de lo que pensábamos y nos obliga a tener una decisión y máxima prudencia sobre el poblamiento y modo de vida de los primeros habitantes isleños hasta la llegada de los conquistadores continentales en torno al cultivo, labranza y organización de la tierra en parcelas grandes, medias y pequeñas, según el reparto social y cultural de los cantones, menceyatos o cualquier otra forma estipulada por méritos de sangre o asignado por rasgos, acción honorífica, asentamiento de etnias… Esto último, es un término que se refiere a las características sociales y culturales, la procedencia o las experiencias compartidas por un grupo de personas. Esta abarca aspectos como el idioma, religión, creencias, valores y comportamientos, que suelen pasar de una generación a la siguiente.

Estatua de bronce sobre el origen de los guanches. Primeros pobladores de Canarias 
                              Volviendo a fijar la vista en el origen de los guanches, cómo organizaron su vida en las islas. El objetivo, no es otro, sino presentar una guía de campo, que sería genuinamente guanche, diferenciada de otras estructuras en piedras de factura posterior como paredones y molleros.

                              Después de años estudiándolas, tomando medidas, observando las puestas y salidas de sol a las que se orientan sus paredes y escalones, subiendo y bajando pirámides y cotejando la bibliografía existente, algunas han sido destruidas, lamentablemente o desaparecidas por el paso del tiempo.

                              En conocimiento de todos, pongamos el exigente ejemplo de la pirámide de Santo Domingo (Icod de los Vinos-Tenerife), poco conocida y de gran belleza. Es una de las más altas, con 13,5 metros. ‘Tiene una rampa de acceso y a medida que vas llegando arriba tienes al fondo la alineación con La Palma y el solsticio de verano’. No es casual, hay una intencionalidad, y en otras hay rampas ascendentes a la salida del sol, el 21 de diciembre, en el solsticio de invierno.

                              Las pirámides de Canarias podrían ser relojes astronómicos guanche. Eran calendarios solares para el ciclo agrícola y de celebraciones rituales. Algunas de ellas necesitaron una ingente cantidad de piedras, que no había donde se construyeron. Otras destruidas por obras posteriores a causas de ampliaciones de vías públicas.

                              Las estructuras piramidales son una constante cultural en diversas civilizaciones del planeta. Los aborígenes canarios, naturales habitantes del archipiélago, con amplios conocimientos astronómicos, marcados en calendarios solares y lunares, variaciones de temperaturas y estaciones meteorológicas, mediante inscripciones en vasijas de barro encontradas en Fuerteventura y La Palma, grabados en piedras con caras lisas de algunos yacimientos, como el de Las Cabezas (Tenerife), Cueva de Belmaco y La Zarza…, respectivamente, en Mazo y Garafía, en La Palma, son reales embajadores de legajos históricos y ancestrales. Resumiendo lo anterior, poseían una manera muy concreta de manifestarlo en consonancia con sus creencias religiosas y sus prácticas agrícolas y ganaderas.

                              Tras la conquista las construcciones piramidales, signo emblemático de relevante controversia en el mundillo intelectual, se aprovecharon por el notable aporte mineral que tales estructuras vierten sobre la tierra y los cultivos, creando, además, ‘puntos secos’ en el terreno, libres de humedad, que permanece bajo suelo, hongos o insectos, donde ciertos cultivos, como parras u otros vegetales de hojas grandes, crecen de mejor manera sin tales elementos, en muchos casos parásitos perjudiciales para su desarrollo.

Pirámide escalonada de Güimar (Tenerife). Su estructura es una constante cultural 
                              Estos argumentos incluyen:

                              -El tamaño uniforme de las piedras (rocas), no hay un simple amontonamiento de piedras, sino piedras seleccionadas y cuidadosamente colocadas.

                              -Mal diseño para secar frutas, al ser estructuras escalonadas con volumen y altura.

                              -Un patrón de distribución, se concentran en lugares muy concretos de modo irregular y son de gran volumen a modo de centros ceremoniales o marcadores solares.

                              -Estar construidas al borde de acantilados y laderas, haciendo laboriosos escalones en vez de hacer lo más cómodo, si querían librarse de las piedras, que era lanzarlas por el precipicio.

                              -La monumentalidad, se trata de grandes estructuras, a veces formando conjuntos de edificios, que necesitaron una ingente cantidad de piedras, que no había en el lugar.

                              -Líquenes centenarios, que crecen en las paredes expuestas al alisio.

                              “Los vínculos culturales canario-saharianos son dignos de nuestra atención, subrayados por la existencia en todo el archipiélago de grabados en escritura líbico-bereber” (BROOKS y CLARKE).

                              “Las propias pirámides canarias exhiben similitudes y diferencias con los monumentos de piedras del Sáhara. Las conocidas pirámides de Güimar (Tenerife) son muy diferentes a cualquier estructura conocida en el Sáhara, por ejemplo, en su planta rectangular alargada, forma angular, escaleras y asociación con grandes recintos amurallados. Los orígenes y propósitos de estas estructuras han sido objeto de un largo y a menudo amargo debate. No obstante, existen puntos en común entre otros monumentos canarios, incluidas algunas de las estructuras ‘piramidales’, que no han sido objeto de investigación intensiva, y los monumentos de piedras del Sáhara”.

                              “Como se argumenta, mientras que las pirámides de Canarias son típicamente de forma cuadrada o rectangular, también, existen redondas y en forma de V, muchas de las cuales no han sido objeto de investigación hasta la fecha”.

                              La conexión entre los pueblos prehispánicos de las islas y los prehistóricos del norte de África sahariana está bien establecida o definida y el poblamiento de las Canarias se puede entender como una parte de un proceso regional de migración e innovación frente a un dinámico medio ambiente que respondió, a menudo de manera espectacular a gran escala en el clima global.

El lugar donde encajan entre las islas canarias es un misterio
                              Dados los vínculos entre las islas canarias, el norte de África y las evidencias arqueológicas de ambas regiones, podemos concluir que hubo alguna transmisión de la cultura material de esta última a la primera. El lugar donde encajan las pirámides canarias en este guion sigue siendo un misterio, complicado por las conexiones entre las islas y la región mediterránea más amplia, que se extendió hasta el periodo clásico.

                              Las pirámides que han sido objeto de tantas discusiones, son un aspecto de un cuerpo arqueológico mucho más rico del que, sin duda, todavía tenemos mucho que aprender. Espero que este trabajo juegue un papel fundamental en la promoción del debate y la comprensión, no solo del pasado canario, sino de la región en general.

                              No quepa la menor duda que, sorprendentemente, en la isla de La Palma nos podemos encontrar algunas pirámides que se localizan en diferentes municipios y en cantidad suficiente para llamar la atención y posible reflexión: Breña Baja, Mazo y El Paso, aunque antaño se tenía conocimiento de una de gran tamaño en Garafía y que había restos de cerámica aborigen, pero fue destruida. Desconocidas por la mayoría, oriundos y forasteros, pasan desapercibidas, pero ahí siguen, después de cientos de años.

                              La referencia más antigua que tenemos sobre pirámides en La Palma es por parte del reverendo Fray Juan de Abreu Galindo (¿?-1596), en su libro editado en 1632 ‘Historia de la conquista de las siete islas canarias’. Decía así:

                              “Eran los palmeros idólatras, y cada capitán tenía en su término, donde iban a adorar, cuya adoración era en esta forma: juntaban muchas piedras en un montón en pirámide tan alto, cuanto se pudiese tener la piedra suelta, y en los días que tenían situados para semejantes devociones suyas, venían todos allí alrededor de aquel montón de piedras y bailaban y cantaban endechas, y luchaban y hacían los demás ejercicios de holguras, y que usaban y estas eran sus fiestas de devoción […]”.

                              El accidentado relieve canario, en este caso La Palma, ha supuesto siempre una dificultad para el aprovechamiento agrícola de su suelo. Una de las soluciones que encontraron los campesinos para disponer de terrenos aptos para la labranza fue la de aterrazar las laderas y traer tierra de otros sitios con las que crear superficies cultivables.

Acumulaciones de piedras. Estructuras altas sin argamasa. Las Rosas-Mazo. La Palma
                              Uno de los elementos que se producen en esta labor, la sorriba, con los amontonamientos de piedras secas. Los más simples son acumulaciones informes, pequeños montículos de guijarros en desorden. Los más llamativos son unas estructuras altas, muy cuidadas, realizadas sin argamasa, escalonadas y de paredes con un ligero talud para evitar su derrumbamiento. Adoptan formas muy variadas, sin que pueda reconocerse en su planta o elevación ninguna, ni regla precisa, salvo la voluntad rectora de su autor y la adaptación al terreno sobre el que se elevan. Algunas pueden tener escaleras, que facilitaron la subida de las piedras en su construcción y han servido de acceso a su superficie en la utilización posterior.

                              Los términos utilizados en el campo canario para designarlas son muy numerosos, diferentes en las distintas zonas y de unas islas a otras. En el valle de Güimar se denominan morras; en el norte de Tenerife parece que es más frecuente molleros; en el sur de esta isla y en Gran Canaria majanos y, también, se emplea el de paredones para llamar los que son muy alargados y de escasa altura, de sólo uno o dos niveles, pero en La Palma puede utilizarse para los más altos. Su propia naturaleza explica otros nombres como cascajales, terrazas, bancales, etc.

                              Previamente al fenómeno pirámides, se había reconocido unas estructuras en La Palma que se identificaban con la descripción prevista a filiación, que no ha perdido nada de su validez. Se trata de amontonamientos de piedras sueltas con planta circular u oval, cuyo perímetro externo está formado por lajas hincadas en los ejemplares de menor tamaño, las piedras aparecen superpuestas. En ambos casos, algunas losas presentan grabados rupestres. Eran los lugares de culto de los auaritas.

                              “[…] Estas edificaciones fuesen erigidas con fines ceremoniales relacionada con la muerte en época aborigen, o cuando menos pudieran ser construcciones históricas siguiendo un modelo prehispánico en un lugar sacralizado por los aborígenes”.

                              Para dar el punto y final, no es un secreto que en Canarias existen pirámides de diferentes tamaños, no son como las célebres y majestuosas de Egipto, pero tienen interés y mucho de misterio.

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