fecha

 

domingo, 6 de agosto de 2023

LOS RELOJES DE SOL PÚBLICOS DE CANARIAS

Son instrumentos tan originales como esenciales para medir el tiempo
                              Me han fascinado estos instrumentos tan originales como esenciales para medir el paso del tiempo por nuestra ciudad y por nosotros mismos. Tan curiosos son, que llaman la atención del transeúnte o del vecino de a pie. Valientes y aguerridos vigías del astro rey, a la intemperie y con acento permanente en el contacto del rayo de luz y la sombra acosadora de dejar marcado en el tablero el horario diario.

                              El diccionario de la Real Academia Española (RAE), define a un reloj de sol público como “un artificio ideado para señalar las diversas horas del día por medio de la variable iluminación de un cuerpo expuesto al sol, o por medio de la sombra que un gnomon o estilo arroja sobre una superficie, o con auxilio de un simple rayo de luz, ya directo, ya reflejado o refracto, proyectado sobre aquella superficie”.

                              Primero fueron los relojes de sol como nuevos adagios sofisticados, haciendo cambiar las mentes más arraigadas a lo tradicional, después fueron los de torres de iglesias o de otras construcciones enigmáticas en el porvenir de un pueblo o país, que ya se conocían cuando llegaron los conquistadores, y finalmente los de bolsillo, muy caros para el campesino o trabajador medio, y sólo al alcance de la clase aburguesada.

                              Así nos lo explica Luis Balbuena Castellano (1945), catedrático de Matemáticas y profesor de esta materia en San Cristóbal de La Laguna, cómo el ser humano tuvo que idear diferentes formas de calcular el tiempo y orientarse.

                              Hacemos referencia al de Tinajo (Lanzarote): “El 20 de mayo de 1851, un marinero de La Vegueta construyó un reloj de sol para la iglesia de San Roque. Las iniciales y el apellido del autor, F.R. Fernández, permanecen grabados sobre el instrumento que fue hecho con una madera noble, probablemente de tea, y pintado de blanco”.

El reloj de Tinajo es el segundo más antiguo de toda Canarias
                              “El reloj de Tinajo pequeño, humilde y blanco es el segundo más antiguo de toda Canarias, comunidad que conserva alrededor de 25 ejemplares públicos y muchos otros privados. Uno de los primeros y más veterano se halla en el Real convento de la Inmaculada Concepción de San Francisco de Asís en Santa Cruz de La Palma, que data del XVIII, un siglo antes que el anterior”.

                              Muchísimos se perdieron por reformas o fueron sacrificados por daños ocasionados por agentes atmosféricos. Detrás del citado de San Roque figura una curiosa e imperativa inscripción: ‘Sr. cura, consérvese’.

                              Balbuena, nos dice: ‘Se ha conservado durante siglo y medio y lo que queremos es cedérselo a los jóvenes, para que aprecien lo heredado de sus antepasados como monumento científico’. Apasionado en su materia se dedica a explicarlo, con infinita paciencia y pedagogía a todos y a los medios de comunicación.

                              El reloj mecánico fue inventado en los conventos, por la sencilla razón de que los monjes eran los primeros interesados en regir la vida monacal, según las pautas de sus rezos. Antes de que existiera el reloj, un religioso marcaba maitines. El horario litúrgico se ha conservado hasta hace bien poco, ya que se hacían los toques de las laudes, las tercias, las sextas, las nonas… y el momento sagrado del Ángelus, al mediodía, cuando los trabajadores hacían un alto en sus labores para rezarlo.

                              Sin más demora, al igual que lo hicimos en el párrafo anterior, el marinero Fernández, autor del reloj de San Roque, debía de estar empadronado en el municipio de Teguise, porque su nombre no consta en el archivo de Tinajo. La leyenda popular, mucho más romántica y sentimental, a veces que el dato histórico, cuenta que el marino lo construyó por una promesa hecha al santo, que suponemos a cuenta de una voluntad cumplida, pero en el archivo de Tarquis se deduce que el artilugio fue encargado por 90 reales.

Iglesia parroquial de San Francisco de Asís. Santa Cruz de La Palma
                              Siguiendo con la descripción del trabajo hecho en la recuperación del reloj de San Francisco, que se convirtió en un acontecimiento social y cultural en la capital de la isla de La Palma, donde presidió la fachada principal de la iglesia parroquial, desde 1750 hasta mediados de la pasada centuria. Este instrumento de medición horaria cobra ahora en el XXI, segundo milenio, en medio de la vorágine del conocimiento global de la comunicación a través de internet, un valor especial que trasciende de su importancia como patrimonio etnográfico del municipio. Para su divulgación, el ayuntamiento ha previsto la instalación de un panel informativo en la plaza y la edición de folletos de la misma índole.

                              El interés suscitado tiene que ver con la memoria colectiva de los vecinos, con el minucioso trabajo llevado a cabo por un nutrido grupo de personas, entre ellos Luis Ramírez Castro y el mencionado Luis Balbuena Castellano, físico y matemático, respectivamente, que han dedicado toda su sabiduría a la milimétrica construcción de este emblema cultural. Dicho medio garantiza a los frailes y moradores del barrio de la Asomada una fiabilidad horaria.

                              Para llevar a cabo este minucioso trabajo se desarrollaron numerosas averiguaciones para seguir el rastro del reloj a través de varias fuentes orales. Lamentablemente se tuvo que abandonar la posibilidad de encontrar la obra, por lo que se optó volverla hacer de nuevo, eso sí, a partir de algunos testimonios fotográficos de gran valor por la información aportada. El resultado final, es la nueva estructura a base de siete tablas de madera, dispuestas verticalmente, unidas entre sí, y rematado su perímetro por un marco. Para la realización del mismo se ha diseccionado una viga de madera de tea perteneciente a la antigua casa Vandewalle, calle Virgen de La Luz, incendiada en un voraz siniestro en la segunda mitad del XX (domingo, 5 de abril de 1970).

                              Los números, letras y otros elementos ornamentales, presentes en la pieza, fueron tallados con gubia, completándose con varios añadidos, entre ellos, los anagramas del Taller Municipal de Carpintería y las datas de 1720 y 2011.

Recuperación del reloj de sol de la fachada de San Francisco
                              Tanto Balbuena y Ramírez explicaron: “que este es el futuro del trabajo de unos 15 años, si bien de manera no continua. La fase final, desde que se decide la recuperación del reloj hasta el momento en que se coloca ha durado unos 2 años. Recuerdan que ‘la búsqueda de documentación tuvo su comienzo a finales del XX, como parte de las investigaciones para la realización de un Catálogo de relojes de sol en Canarias’, fruto de las cuales se encontró que ‘en La Palma, además del reloj de sol del Real Santuario de Las Nieves, existieron al menos otros 4 que bien pudieron coexistir a finales del XVIII’. En una segunda fase del minucioso trabajo y una vez confirmada la desaparición de la mayoría de ellos y verificando mediante entrevistas que algunas personas, aún, recordaban la existencia y características de estos, procedieron a recoger toda la información posible de fuentes orales y se decidieron a trabajar en los archivos fotográficos en busca de alguna imagen que pudiese corroborar lo que la memoria de los informantes, nos decían”.

                              El aludido reloj se le atribuye al comerciante irlandés Teobaldo Macghee, funcionando durante 250 años como marcador horario solar, hasta su retirada en 1960. Se conocen algunas instantáneas fechadas en la primera mitad del XX, en las que se puede apreciarse la ubicación del mismo sobre la portada del templo, debajo del alero del tejado.

                              Es un proyecto que se puso en marcha por el ayuntamiento en 2010 para recuperar varios en el término municipal local, restaurando los ejemplares ya existentes o reponiendo aquellos que se ha perdido, pero de los que se tiene constancia documental.

                              Damos un salto, concentrándonos en el reloj de Las Nieves, que es el más viejo de Canarias, sigue siendo un misterio, su autor y la razón de su existencia. Está datado en 1740 y es el ejemplar más antiguo de Canarias. En realidad, se trataba de ‘doble cara’ del que hoy sólo se conserva una de ellas, situado en un lateral externo, frente a la plaza. Indica la hora solar con una precisión de media hora. Por su antigüedad e interés, debería ser catalogado como bien de interés cultural, y tomar las medidas oportunas para evitar su desaparición.

                              Desde el verano de 2012, es posible contemplar 2 réplicas de los citados cuadrantes, que el ayuntamiento capitalino, con el asesoramiento de los profesores Balbuena y Ramírez, procedió a colocar para evitar la continuidad del proceso de deterioro al que estaba sometido el ejemplar que ha llegado hasta nuestros días. En el mismo proceso de recuperación patrimonial, se ha colocado una recreación del cuadrante que existió en la parroquia de San Francisco de la misma capital.

Las dos réplicas de los cuadrantes del Real Santuario de Las Nieves. La Palma
                              A pesar, durante años, la existencia de relojes de sol en Canarias es menor de lo que podría esperarse. Actualmente, el reloj más antiguo data del XVIII, mientras que la mayoría de los existentes del XX. Existen, también, en las islas los denominados ‘marcadores horarios’ o ‘señas horarias’.

                              Las preguntas que pueden surgir son: ¿Cómo es posible que en Canarias con la cantidad de horas de sol que tenemos, no exista un mayor número de relojes de sol? ¿Existieron en otra época un mayor número de ellos? ¿Siguen siendo útiles? ¿Deben ser tratados como decoración, como mobiliario urbano, o como parte de nuestro patrimonio? ¿Dónde están y cómo son? ¿Qué aspectos didácticos podemos utilizar de ellos?

                              Este trabajo no pretende ser un catálogo exhaustivo de los existentes en el archipiélago, ni un tratado sobre las técnicas de diseño y hechura, simplemente pretende ser algo que permita iniciar un acercamiento a ellos.

                              Se han estudiado los relojes de sol públicos de Canarias, entendiéndose como tales aquellos de propiedad pública, iglesia o ayuntamiento, o bien de utilidad pública, expuestos en plazas o calles. Solo en contadas excepciones se han considerado algunos de condición privada, aquellos que reúnen formas de interés de antigüedad, diseño, etc. Eliminándose así muchos de los relojes de cerámica que decoran patios, balcones, jardines y hasta incluso salones.

                              Las características de los relojes de sol públicos de Canarias, podrían ser:

                              -Monumentales, porque en ocasiones ocupan grandes porciones de superficies, buena parte de plazas o fachadas de edificios, cuando no son realmente la plaza o la fachada.

                              -Escultóricos, porque en ocasiones podrían entrar en la categoría de esculturas, si no conociésemos su utilidad.

                              -Recientes, porque, salvo raras excepciones, la mayor parte de ellos datan de la segunda mitad del XX.

                              La distribución geográfica en Canarias de forma general podríamos decir:

                              -LA PALMA: 7 en buen estado; 1 en mal estado de conservación; 1 fuera de su ubicación original y 7 desaparecidos.

                              -TENERIFE: 16 en buen estado; 3 en mal estado de conservación; 3 fuera de su ubicación original y 6 desaparecidos.

                              -GRAN CANARIA: 3 en buen estado; 1 en mal estado de conservación; 2 fuera de su ubicación original y 1 desaparecido.

                              -LA GOMERA: 1 en mal estado de conservación y 1 desaparecido.

                              -EL HIERRO: 1 en mal estado de conservación y 1 fuera de su ubicación original.

                              -FUERTEVENTURA: 2 en buen estado de conservación.

                              -LANZAROTE: 3 en buen estado de conservación.

                              En todas las islas canarias existen un número indeterminado, bien por desconocimiento, o bien por tratarse de piezas sin interés, ‘cerámicas clónicas’, que no se encuentran incluidas.

Ejemplo de reloj de sol en la vía pública. Adeje (Tenerife)
                              No debemos olvidar que, para cuando concluye la conquista de Canarias, ya existían los relojes mecánicos, con mejor o peor funcionamiento. Se da la circunstancia de que, a pesar de la aparición de los relojes mecánicos, los de sol no desaparecieron al momento, ya que siguieron siendo necesarios para arreglar a los mecánicos cada vez que se paraban o rompían. La única prueba de ello que existe en el archipiélago se encuentra en Garachico (Tenerife), donde, junto al antiguo reloj mecánico (1861) de la iglesia parroquial de Santa Ana, se encontró un documento (1883) que indicaba cómo ajustar la hora del reloj por la hora solar.

                              Sin embargo, a pesar de la existencia, hoy en día, de los relojes mecánicos y digitales, hay espacios y ocasiones donde siguen prestando su servicio, probablemente avalados por su carácter de durabilidad y resistencia a la intemperie, como son los casos del reloj privado de Bajamar (Tenerife) y el de Puerto Naos (La Palma).

                              Dado que las islas durante la conquista se clasificaron en ‘de realengo o de señorío’, es probable que el interés de los conquistadores en cuanto a dotar de servicios a las mismas fuese diferente para cada una de ellas, una vez acabado el proceso. Así, por ejemplo, en las islas de realengo, encontramos que:

                              -Destaca lo que aparece en el ‘Gran Libro de Provisiones y Reales Cédulas’ de Gran Canaria a fecha 20 de diciembre de 1494. Constan los instalados en hospitales, carnicerías y mataderos de las carnes…

                              -En el caso de Tenerife, la primera referencia a un reloj se halla en los acuerdos del Cabildo del 19 de octubre de 1529, donde se establece un sueldo para un relojero.

                              -En La Palma, la primera noticia a un reloj aparece el 3 de noviembre de 1559, donde se dispone la compra de uno nuevo. En documentación posterior se dice que el reloj al que vino a sustituir era de sol.

                              Para finalizar, no es difícil pensar que de existir relojes públicos en las capitales canarias y de ser estas, objetos de saqueo, los mismos pudieron ser destruidos en caso de incendio de edificios o estructuras, que los albergaban.

                              ‘[…] por haber quemado los franceses el que existía’, en clara señalización al ataque sufrido por Santa Cruz de La Palma el 21 de julio de 1553 por François Le Clerc (¿?-1563), apodado Jambe de Bois (Pata de Palo), fue un corsario protestante francés del XVI, originario de Normandía.

                              Robos y saqueos más recientes son los que han hecho desaparecer, por ejemplo, el reloj que existió en la plaza del municipio de Vilaflor (Tenerife) o el de Vallehermoso (La Gomera).

                              Está, también, la vertiente del vandalismo, derivada probablemente de lo que ‘no se conoce no se valora’, o bien por el valor material de algunos componentes del reloj, generalmente bronce. Dos lamentables circunstancias adversas son el de Tazacorte (La Palma) y el de San Sebastián de La Gomera.

Existen relojes públicos expuestos a cualquier circunstancia adversa. Costa Adeje
                              Nos falta comentar, primero, los ‘marcadores horarios’ o ‘señas horarias’, aunque no pueden considerarse relojes de sol como tales, si aplicamos la definición, debemos incluir en un estudio aparte, este concepto se podría definir como: “Sistema ideado para señalar alguna hora, por lo general el mediodía, o diversas horas del día por medio de la iluminación del sol sobre un soporte del paisaje”.

                              Se trata de un fenómeno común a varios colectivos y pueblos, especialmente aquellos con una fuerte dedicación a actividades relacionadas con el entorno, como pueden ser el pastoreo o la agricultura. En ocasiones estos son fáciles de localizar, ya que su propia toponímica los delata: ‘Cueva del mediodía (La Aldea de San Nicolás de Tolentino)’, ‘Cueva de las horas (Valsequillo)’, etc. ambas en Gran Canaria. En otras ocasiones, se trata de transmisiones mediante la tradición oral con riesgo de perderse, por la edad avanzada de los informantes.

                              Y, segundo, la Calle del Reloj, paralela al Lomo, conecta la parte alta de la misma, muy cerca del Parque Infantil, con la del Doctor Santos Abreu, antigua de Jorós. Actualmente, no es una zona muy concurrida y permanece casi oculta para muchos viandantes.

                              Viendo la necesidad de controlar los tiempos y regularlos de forma adecuada, el Cabildo, actual ayuntamiento, se dirigió a Jácome Groenembergue para la adquisición de un reloj en Bruselas, quien valiéndose de sus contactos hizo llegar uno de una sola cara. Examinado el lugar más propicio, se decidió un alto sobre el ‘lomo de las viejas’ en Santa Cruz de La Palma, fabricándose una torre de madera de tea, con su puerta de acceso y escalera interior sobre una base de mampostería para igualar el terreno y prevenirla de los vientos, colocándose una campana, para el toque de las horas, que comenzó a sonar en noviembre de 1517, como primer reloj público de La Palma, estando a cargo de un relojero y un peón, ayudante para la cuerda por el sistema de elevación manual  de pesos, hasta que el nombrado pirata, Le Clerc, se lo llevó conjuntamente con la campana y quemó la torre, durante el ataque de 1553.

                              Tras la expulsión de los saqueadores, al año siguiente, se acordó comprar otro reloj en Flandes, encargándose de la gestión a Tomás Vandewalle, el joven, pero cambiando su ubicación a la torre de la parroquia Matriz de El Salvador, por lo que se cerró su lado Norte y Oeste, a fin de garantizar una mayor protección. Estuvo hasta que se trajo uno nuevo, esta vez de dos caras, por lo que hubo que hacer el pertinente hueco, algo más tosco, para darle luz, lado Este, que comenzó a dar la hora en 1557.

                              Concluyendo, me aventuro a imaginar el gran potencial didáctico, que posee los relojes de sol y cuantos elementos adjuntos les rodean. Con cierta frecuencia es posible encontrar en los libros de texto de matemáticas recomendaciones o invitaciones a la realización de un reloj de sol, generalmente, relacionando su construcción con el trabajo de magnitudes angulares y trigonométricas. Ayudémonos en esta labor, ya que existe una bibliografía fácilmente accesible y unos recursos en internet bastantes clarificadores. Es cierto que, una vez se comienza, es posible descubrir que la necesidad de conocimientos se extiende a otras muchas áreas, pero, sobre todo, su ejecución contribuye a mejorar y desarrollar las estrategias necesarias para el trabajo en equipo.            

No hay comentarios:

Publicar un comentario