El incendio empezó en el pueblo de Puntagorda, concretamente
en el parque recreativo de ‘El Fayal’, zona de bastante vegetación, con espléndidas
coníferas y monte bajo, cubriendo el suelo fecundo lleno de luz y suaves
sombras, invitando al ocio y larga paz en los confines de sus aledaños,
compartiendo la amistad y buen rato con familiares y amigos. Con alegría se
recibió la noticia de la estabilidad del siniestro el miércoles, 19 de julio, a
partir de las 13 horas, según información dada por el Gobierno de Canarias. El
fuego, que fue declarado en la madrugada del sábado, 15 del mismo mes y año de
los corrientes, quemó 2900 hectáreas, aproximadamente, ocasionado por
negligencia de desaprensivos, celebrando un cumpleaños u onomástica y con el
atenuante de impulsar un contenedor de residuos orgánicos ardiendo hacia la
vegetación.
Sabemos cómo comienza un incendio, pero no cómo puede
terminar, porque en ello influyen diversas condiciones naturales, como la
temperatura ambiente y los vientos, que pueden hacer de un conato una
emergencia incontrolable.
Los medios de comunicación son el primer canal de
información de la población sobre incendios u oleadas incendiarias, teniendo
así un papel relevante ante este problema, que se ha convertido ya y cada vez
lo será más debido al cambio climático, en asunto de seguridad nacional para
las personas y nuestro medioambiente.
El riesgo de propagación depende de la vegetación seca y
continua, de las condiciones meteorológicas y de la topografía del terreno
Mark Twain (1835-1910), menciona un denso bosque de pino amarillo con sotobosque. Describe los pinos como gigantes de 100 pies de altura y diámetros de 5 pies. Explica así: ‘[…] Estaba el suelo cubierto por una capa espesa de agujas secas de pino, que al primer contacto con la lumbre se inflamó como si fuese pólvora. Era extraordinaria la rapidez con que avanzaban las gigantescas columnas ígneas. Al cabo de un minuto, prendió el incendio en unos espesos matorrales […] y empezó el fuego a crepitar, rugir y chisporrotear de un modo espantoso…’.
Robert L. Stevenson (1850-1894), describe:
Los pinos que incendia pueden ser pinos insignes, especie
que desde Monterrey se ha extendido a medio mundo. Producen gran cantidad de
pinocha, sobre la que el fuego corre fácilmente. Sus piñas jorobadas se abren
mejor con el calor del incendio, que además ha dejado al descubierto el suelo,
facilitando la germinación de las semillas.
Sorprende encontrar otra referencia a grandes incendios en Antón
Chejov (1860-1904), escritor intimista ruso. En un viaje a la isla de
Sajalín, en el extremo nordeste de Siberia, cuando estaba esperando el barco,
que le iba a trasladar, divisa grandes fuegos:
Al día siguiente, por la mañana temprano, reanudamos la
marcha con un tiempo absolutamente tranquilo y caluroso. La costa estaba
cubierta por una ligera neblina azulada; era el humo de lejanos incendios de
bosque, que, según nos dijeron, alcanza a veces tal espesor que llega a ser
para los marineros no menos peligrosos que la niebla.
Gabriel Francisco Víctor Miró Ferrer
(1879-1930), dice que tiró la cerilla en una aliaga, a la que en otro lugar
llama tojo:
Claramente ese fuego corría por un modelo… y no había forma
de pararlo:
‘[…] Estaba solo, con su cayado nada más. Con legón, con
azada, descuajaría las socas de esos hogares de leña; les arrimaría y les
volcaría tierra y pedregal, como hacen los labradores y pastores para remediar
los incendios. Quiso valerse de su bastón y le retoñó en lenguas que lo
devoraban’.
La descripción más impactante es la de Mark Twain:
Una brevísima referencia al daño del incendio a la fauna
aparece en el libro que preparaba Albert Camus (1913-1959),
cuando falleció en accidente de coche:
‘[…] y del que solo subsistía un recuerdo impalpable como
las cenizas de un ala de mariposa quemada en el incendio de un bosque’.
Concluyendo, sugerimos unas medidas de seguridad,
que debe de tenerse en cuenta, para evitar que el fuego salga de control:
-‘Se necesita preparar la parcela con la máxima precaución’.
-‘Realizar la quema en horarios tempranos y con condiciones
de clima estable’.
-‘Nunca hacer la quema solo y vigilar a toda hora que el
fuego no se expanda más allá de tu terreno’.
-‘Si el terreno es inclinado, se debe comenzar desde arriba
y no realizar la quema en fajas y con viento en contra de la pendiente’.
-‘En caso de observar un incendio, dar aviso a las
autoridades más cercanas’.
-‘Nunca use cerillas o mecheros innecesariamente, puedes
provocar algún accidente’.
-‘Si sales de paseo al campo, evita el uso de fogatas, pero
si haces una, escoge un sitio abierto, lejos de los árboles, hojas y ramas
secas. Antes de prender fuego, limpia de hojarascas y basura los alrededores’.
-‘Recuerda al marcharte, que debes apagar el fuego
completamente, puedes utilizar agua y/o tierra’.
-‘No dejes o tires botellas de vidrio en el bosque, podrías iniciar un incendio al reflejar la luz del sol de manera intensa en un punto’.
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