El Estatuto de Canarias y, a semejanza de otros de las demás
comunidades autónomas de nuestro país, reconocía una mayor autogestión del
archipiélago canario. Este primer parlamento fue presidido por Pedro Guerra
Cabrera (1937-1991), exalcalde de Güímar, isla de Tenerife, político, abogado y
escritor. En su primer discurso, aquel día, abogó por ‘edificar una región de islas,
desde ahora y para siempre’.
La Segunda República Española, cuyo nombre oficial era
República Española, fue el régimen democrático que existió entre el 14 de abril
de 1931, fecha de su proclamación, en sustitución de la monarquía del rey
Alfonso XIII y el 1 de abril de 1939, fecha de la finalización de la contienda
fratricida, que dio paso a la dictadura del Generalísimo, Francisco Franco
Bahamonde (1892-1975).
La celebración de esta efeméride, que se inicia en 1984, se
ha ido asentando, poco a poco, en la sociedad canaria. Hoy, se manifiesta en
casi todos los rincones isleños, con diversidad de actos que son promovidos por
cabildos, ayuntamientos y otros colectivos públicos y privados.
Destacan los festivales folclóricos, los bailes de taifa o
de magos, las ferias o exposiciones de artesanía y las demostraciones
deportivas, juegos autóctonos y tradicionales canarios.
Destacan los festivales folclóricos, los bailes de taifa o
de magos, las ferias o exposiciones de artesanía y las demostraciones
deportivas, juegos autóctonos y tradicionales canarios.
El sentir canario no sea una evasión o propuesta de
evadirnos, sino un compromiso firme de todos los canarios, que nos sintamos
como tales, orgullosos de ser un archipiélago bajo un mismo sol y un mismo mar,
una misma bandera y un mismo escudo…
La restauración de la democracia ha permitido a Canarias estabilizar un Estatuto de Autonomía y llegar a una plenitud de autogobierno sin parangón en su historia. En consecuencia, Canarias se reconoce hoy como una nacionalidad integrada en una rica y plural comunidad nacional española, y se reafirma en su sentimiento de identidad canaria, isleña y española a la vez de raíz netamente hispánica. Este triple reconocimiento exige nuevos compromisos y responsabilidades, que hoy reconocemos en la celebración del Día de nuestra Comunidad, que la futura reforma del Estado y la aprobación del Tratado Constitucional de la Unión Europea no puede hacerse sin conservar y, aún, reforzar esta escalonada suma de identidades a la que ya es obligado añadir nuestra identidad europea.
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