fecha

 

domingo, 25 de agosto de 2024

LA PERSONALIDAD MÁS EXTRAORDINARIA

         Tomo la iniciativa de empezar a poner mis primeras líneas, hablando de un gran personaje palmero en numerosos momentos de la historia y del acontecer diario. Su inspiración nos orgullece muchísimo, en término coloquial, mostrar a todas y todos, los de aquí y los de allá, los de generaciones presentes y venideras, que ignoran o inhibe conocer cualquier detalle de identificación o de vinculación con él. Merece un punto y aparte, un intelectual único y comprometido con la sociedad vigente en aquel entonces y con una formación sensacional para ponerla en práctica con el ciudadano, necesitado de su presencia y asesoramiento pertinaz. Catedrático, jurisconsulto y periodista desarrolló una labor inmensa a niveles cultos y concretos. Doctor en Filosofía y Letras y licenciado en Derecho desempeñó, como político, el cargo de Gobernador Civil de Logroño y electo de Sevilla.

                              Faustino Méndez Cabezola (1836-1880), nació en Santa Cruz de La Palma, el 16 de febrero del año en curso, en el seno de una familia católica hijo de Andrés Méndez Martín (1805-1886), natural de la ciudad de El Paso y fallecido en la capital insular, y de Juana Cabezola Pérez (1814 ¿?), nacida y muerta, también, en la capital de la isla, que casaron el 18 de septiembre de 1855.

                              Sus primeros estudios los hizo en el Instituto de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, isla de Tenerife, y en el colegio de San Agustín de la otra ciudad de Canarias de Las Palmas de Gran Canaria. En la Universidad de Madrid obtuvo las licenciaturas en Derecho y la de Filosofía y Letras, llegando a ser, muy probablemente, la personalidad más extraordinaria que tuvo la isla de La Palma en la centuria dieciochesca.

                              Catedrático modelo, jurisconsulto distinguido, escritor notable, literato profundo y periodista incansable, en palabras elogiosas y con firmeza dichas por el excronista oficial de Santa Cruz de La Palma, isla de La Palma, Jaime Pérez García de Aguiar (1930-2009), en sus Fastos Biográficos.

         Casó, por primera vez, con Matilde Díaz Felipe (1830 ¿?), en su ciudad natal y tuvo una hija, María de Las Nieves Méndez Díaz (1855 ¿?), nacida en la misma ciudad. Y, en segundo matrimonio, lo hizo con María Franco Belso (1841 ¿?), natural de Oñate (Guipúzcoa), celebrado en dicha localidad guipuzcoana, naciendo un hijo, Luis Méndez Franco (1880 ¿?), en el mismo sitio que su madre.

                              Méndez Cabezola consiguió, entre otros retos, traer a La Palma la primera imprenta que dio luz verde al primer periódico de la isla, El Time, que se publicó por primera vez, 12 de julio de 1864.

                              Igualmente, se le debe a este intelectual y educador la fundación del colegio de Segunda Enseñanza Santa Catalina, conjuntamente  con su amigo Valeriano Fernández Ferraz (1831-1925), así como la reorganización de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santa Cruz de La Palma, en donde llegó a ser, en reconocimiento a su labor, su director, en 1874, y la creación de un asilo de mendicidad, entre otras importantes iniciativas como la de haber sido fundador, director y principal redactor del periódico político independiente ‘La Asociación’ o la organización de la Exposición Palmense (1876-1877).

                              Gracias a su gestión se logró el título de ‘villa’ para el municipio de Los Llanos de Aridane, siendo reconocido por el Consistorio de esa localidad como Hijo Adoptivo, en 1876.

        Fue profesor en el instituto de Canarias y en el colegio Santa Isabel de Hungría (La Laguna-Tenerife), ejerciendo la cátedra de Literatura griega y latina en la universidad libre de Oñate, localidad natal de su segunda esposa, y en el Instituto de Guipúzcoa, tanto en Historia de España como universal, entre otros destinos. Los últimos años de su vida transcurrieron en la capital palmera ejerciendo como jurista y como docente en el colegio Santa Catalina.

                              Miembro de la Sociedad Geográfica, de la Academia de Jurisprudencia, de la Sociedad de Escritores y Artistas, socio de Mérito, y más tarde en la de Santa Cruz de La Palma, en 1876.

                              Faustino Méndez Cabezola falleció en la misma ciudad que le vio nacer, 13 de mayo del año referente, de una súbita enfermedad, repentinamente de pleuresía, apenas con 44 años.

                              Más que recordar a Faustino Méndez como singular y sobresaliente, atributos que le confiere el acervo cultural, habría que contemplarlo ‘como uno de los rayos luminosos de intelectualidad más destacados en el amanecer decimonónico palmero’.

                              ‘La actividad más importante que un ser humano puede lograr es aprender para entender, porque eso le hará ser libre’. [Baruch Spinoza (1632-1677). Filósofo racionalista. Padre del pensamiento moderno].

       El excelentísimo ayuntamiento capitalino, en reconocimiento a sus méritos adquiridos, ordenó rotular una de sus calles principales con su nombre. La antigua calle del Castillo, hoy Méndez Cabezola, se emplaza en el llamado barrio de Santa Catalina y transcurre entre la Avenida Marítima y la confluencia de Doctor Pérez Camacho con la plazuela de la Cruz del Tercero, según acuerdo plenario de fecha, 31 de mayo de 1902.

                              La calle ha contado con el establecimiento de empresas señeras para la historia cultural de la ciudad, destacando, sobre todo, la sede y redacción del Diario de Avisos (da), Decano de la PRENSA DE CANARIAS, fundado en Santa Cruz de La Palma, en 1890.

     Se ha cumplido 188 años de su nacimiento, teniendo el privilegio de presentar a un hombre tan insigne y valioso, ilustre y admirado personaje. Trascendente de su legado, por el talante liberal y espíritu progresista, que asumió fugazmente, con Francisco Pi y Margall (1824-1901), como presidente del gobierno de la primera República.

       José Pérez Vidal (1907-1990), acreditado etnógrafo e historiador en su obra ‘Albores en La Palma’ escribe sobre el auge cultural del XIX: ‘Al valor de este dorado movimiento de riqueza, sobre esta ancha base de bienestar, un anhelo hondo de enriquecer, también, el espíritu fue levantando las tres columnas maestras del esplendor cultural […]’.

                              ‘El hombre que se entrega de lleno a un menester, si es un genio, se convertirá en alguien prodigioso, si no lo es, la tenaz aplicación al trabajo le elevarán por encima de la medianía’. [Denis Diderot (1713-1784)].

No hay comentarios:

Publicar un comentario